miércoles, 23 de octubre de 2013
Hay muchos nacimientos, gatitos y perritos se me confunden en un acolchado sector, desde la cuyi salen perritos negros, no me habìa dado cuenta que daba a luz, ordeno gatos y perros, les doy cobijo. Aparezco en un tipo de garage, como un subterràneo, entro, salgo, busco, busco. Entro por otro lado, salen unos 15 hombres bravos contandome que ya no puedo ir por ahì. Voy por el otro lado, nada me detiene, mi corazòn me dice que estoy a punto. Lo veo, sonrìe, sonrìo. Olvido los perros, olvido que algo tenìa que hacer, me abraza, me sonrie de nuevo, vuelvo a sentirme viva, se da media vuelta, noto que tiene una blusa negra quizàs de mujer. Lo sigo, comenzamos a viajar por nubes, soy tan liviana, soy tan feliz, me agarro de su pierna como si fuese mi salvaciòn. Viene un gran gusano, la gran oruga viene desde arriba con mucha fuerza, hasta rozar mi cabeza, suavizandolo todo y dandome un beso tierno y con felicidad, entiendo todo, despierto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Que alucinante relato?, poema?.
ResponderEliminar