miércoles, 23 de octubre de 2013



Hay muchos nacimientos, gatitos y perritos se me confunden en un acolchado sector, desde la cuyi salen perritos negros, no me habìa dado cuenta que daba a luz, ordeno gatos y perros, les doy cobijo. Aparezco en un tipo de garage, como un subterràneo, entro, salgo, busco, busco. Entro por otro lado, salen unos 15 hombres bravos contandome que ya no puedo ir por ahì. Voy por el otro lado, nada me detiene, mi corazòn me dice que estoy a punto. Lo veo, sonrìe, sonrìo. Olvido los perros, olvido que algo tenìa que hacer, me abraza, me sonrie de nuevo, vuelvo a sentirme viva, se da media vuelta, noto que tiene una blusa negra quizàs de mujer. Lo sigo, comenzamos a viajar por nubes, soy tan liviana, soy tan feliz, me agarro de su pierna como si fuese mi salvaciòn. Viene un gran gusano, la gran oruga viene desde arriba con mucha fuerza, hasta rozar mi cabeza, suavizandolo todo y dandome un beso tierno y con felicidad, entiendo todo, despierto.

martes, 15 de octubre de 2013



Salen de la nada misma, Èl se saca la camisa y Ella el poleròn sin entender.
No quiere ni preguntar en que momento comenzò.
Se besan, con la potencia del universo,
se reconocen los labios, sin hablar.

Aparecen en un restaurant, Chino al parecer. Sin mucho sentido se sientan en una mesa redonda para unas 8 personas. Luego de un momento sin tiempo, aparece la Duty con los chicos y sin màs se unen a almorzar. Ella oye a su madre decir que estas ocaciones son para sus hijos. Se sientan, dentro de la comodidad sincera y humilde de la nada.
En una repisa hay un recipiente con peces del porte de un dedo, son de colores y tienen aspecto de vivos, pero al sacar uno de ellos, con palillos, se vuelven grises y con aspecto a cocinado, carne tierna para comer. Èl con toda confianza se para y agarra un pez, se convierte en pescado en un instante, acomoda en sus palillos unos bocados de cebolla pluma, de la morada, y se lo engulle, suave y con gusto, se devuelve. Es el turno de Ella, como sensaciòn conocida se aturde y de manera necia, deja el despelote en la repisa, pero logrando atrapar al pez, sacandolo del agua y convirtiendolo en un pescado gris. Quedò asombrada, devolviò el pescado al recipiente con agua y los colores pasaron de grises a arcoiris, el pez volviò a aletear. Sin entender, quizàs porque debìa, lo volviò a sacar y otra vez de forma torpe, logrò comerlo.
Se desvanecen y vuelven al mismo comedor, en otros puestos, con los cuerpos recostados y Èl despierta, pidiendole amor a Ella, Ella riè y le hace notar que aùn, estàn en el restaurant. Desaparecen, vuelven a aparecer en un departamento color colonial, tipo block, està la familia de ella aùn. Algo terrible va a pasar. Pareciera que todos se preparan para enfrentar algo malo. Èl agarra su celular y habla con sus hijos, se despide de forma ceremonial y simbolica. Cuelga, se acerca a ella, se aman con las miradas, desaparecen. Cuando vuelven a aparecer estàn en otro lugar de la casa, parecido a un balcòn. Ella lo mira..."Eres lo mejor que me pasò en la vida, Te Amo para siempre", Èl la mira y le dice, "yo tambièn, Te Amo". La conexiòn es algo fantastico, rompe todos los pensamientos y predice el amor eterno en esa nada. Cambian de habitaciòn y en un segundo, hay 3 hombres dentro del lugar. Quieren robar, quieren invadirlos. Hay uno en una habitaciòn con la duty y los niños en el marco de la puerta, hay otro sentado en un sillòn, relajado e indiferente. El ùltimo esta frente a ellos dos, amantes en la vida y en la muerte, son uno. Èl le dice, me vas a asaltar? , Ella viaja por un segundo a Puerto Montt y recuerda esa misma oraciòn, del mismo hombre. Ella viaja a la habitaciòn de al lado por un segundo, ve a su madre con una copa de vino rota, sin base, sòlo el vaso y le dice... "mira estos hombres, mira lo que hacen", Ella agarra la copa con vino aùn y vuelve a la habitaciòn con su amado. Vuelve al momento de la pregunta, Ella mira al tipo del sillòn que sonrìe con ironìa y maldad. Lo mira a Èl, y este le golpea el estomago al ladròn, que se encorva del dolor, y Ella rompe la copa con su mano contra al marco de la puerta. Se corta, lo siente y no suelta los trozos de vidrio, que le entierra en el cuello al desconocido, en un plan secreto con su hombre de lo invencibles y valientes que son juntos. Ella despierta.