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Desde casi ya, 1 año, aprendí a dosificar mi vida
Mi alma, mis sentimientos, mi alegría, mi locura, mis ansias, mi hambre…
No caer, aguantar, no sufrir y llorar a destajo para vaciarme.
Muchos me dicen que como estoy de pie hoy,
Ni siquiera yo lo se…
Me autoexigo, me cacheteo a mi misma,
Me inyecto vida

Pido por mi alma, lloro en mi hombro.
Me autoabrazo, me hablo a mi misma, me doy ganas de algo más, cada segundo lo convierto en horas para sentir algo más que mi sombra.

Lagrimas caen y las he sacado yo misma con fuerza.
Ese nudo de mierda que hay aun en mi pecho, me sofoca, me ahoga, y no sale…

He recibido un abrazo, he soltado algo de mi angustia.
Un abrazo que me apretó, y me quiso mucho
Gracias por estar aquí conmigo y ayudarme a no caer.
Y no caeremos, porque somos de verdad, reales almas con buenos corazones.

Y solté otro poquito de mi, otro llanto desgarrado,
Otro dolor que de a poco se va…
Dormiré bien hoy, porque se que mañana estaré mejor,
Y pasado mañana un poquito mas viva y mas sincera con mi sombra…

Sombra, gracias por estar ahí, gracias por no dejarme y ayudarme a caer,
Por tocarme en los muros y acariciar mí pena.
Y volver a tenerte, sombra mía, cómplice de mis alegrías y sensaciones vacías…
Compañera con alma y dolor, amiga de mis llantos.
Estarás ahí y te querré aun mas, porque mi pena ya se ira.

Gracias a quien me ayudo a escribir esto, en el momento justo, siempre…